
Bedroom Safari. Una antropología de la vida cotidiana
La Caja Books, 2025
Una casa es un santuario. En sus estancias, igual que sacerdotes de un culto doméstico, ejecutamos las rutinas de cuidado sensorial que nos permiten ser felices. Cada vez que ponemos una lavadora, celebramos la tradición de la pizza dominical, dejamos la luz encendida antes de salir o desparejamos un calcetín de colores, rendimos homenaje a los dioses del hogar. […] Como un etnógrafo en su propia casa, Alejandro Pérez-Paredes nos invita en este ensayo a mirar de cerca los milagros mínimos del día a día y a emprender una travesía mágica hecha de rituales diminutos, gestos maravillosos y objetos encantados que, de manera inconsciente, nos dotan de coherencia existencial y nos entrelazan con el mundo.
«Una verdadera enciclopedia de la vida cotidiana, tan erudita como sensible. A Perec le habría encantado», Eloy Fernández Porta.

Qué hubiese sido de mí sin los velociraptors
Letraversal, 2021
«Qué hubiese sido de mí sin los velociraptors se escribe sabiendo que sus lectores no podríamos ser otros que quienes somos, ni su autor un sujeto distinto; y, no obstante, reconoce que no hay nada particular ni único en ser nosotros mismos. Frente a la nueva literatura pop, segurísima de su identidad, la poesía de Alejandro construye singularidades inciertas que remiten a todo lo demás ad infinitum: demuestra que el único camino sincero es el de la incerteza ontológica, que no hay poética que no hay poética posible si esta no (se) quiebra», Elizabeth Duval.
«Los textos de Alejandro Pérez-Paredes se producen desde un conocimiento radical de las coordenadas sociosimbólicas que fijan el cuerpo a la experiencia del presente: un conocimiento que hace de sí mismo su eje temático, su estética, la posibilidad única del despliegue del ego en tanto que ficción totalizante, necesaria, sobredeterminada. Una lectura realmente estimulante», Pablo Baleriola.
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Dios tenía la misma consistencia que el pato Donald
Esto no es Berlín, 2018
Todos hemos vivido esta aventura —”dulcísimos y rosas contra las pantallas”—, pero solo los recién llegados pueden construir un relato a la altura de su épica. Así sea. Y a partir de sus palabras intentemos llegar a algún conocimiento: la memoria ya no es nuestra, a cambio, tenemos gigas y gigas de almacenamiento. Y sin embargo, la memoria resiste. Son testigos Dios, el pato Donald y lo que sea que resulte de esa confrontación.
Alejandro Pérez-Paredes es la voz, única y necesariamente múltiple, de una generación cuyos ojos proyectan contenidos FLV contra lo que nos queda de humanidad. Y las imágenes que imprime nos señalan, nos reconfiguran. Nos actualizan.
«Alejandro Pérez-Paredes busca fijar en el suelo las líneas de avance sociopolítico fundamentales para nuestro tiempo», Adrián Vieitez.